Medicinal – ACEITES PRODUCIDOS POR LA MARIHUANA

Mucho son los derivados y productos obtenidos a partir de la planta del cáñamo, he aquí una clasificación explicadora.

Aunque se lleva utilizando desde el 2400 a.C., su prohibición a principios del siglo XX en Estados Unidos, España y muchos países más, ha llevado al desconocimiento y mitificación del cannabis. Por contraste, la cantidad masiva de información que ahora recibimos también puede inducir a confusión hasta que nuestra querida planta sea legalizada y normalizada; así que debido a sus propiedades medicinales, es conveniente repasar todas sus formas y funciones como aceite.

Las plantas aromáticas contienen aceites esenciales (terpenos) que pueden ser extraídos en forma de aceites esenciales mediante una destilación. En el caso del cannabis, si la planta es hembra (generan muchos más terpenos), estos aceites además serán psicoactivos, grasas capaces de atravesar la barrera hematoencefálica (cerebro). En el mundo de los usuarios recreativos de la marihuana, la técnica se ha depurado mucho para poder fumar (en lugar de ingerir) estos aceites mediante extracciones en frío con gas (BHO). Aunque suene rimbombante son técnicas bastante baratas y sencillas si se tiene un poco de paciencia, obteniéndose aceites de gran calidad e intensidad psicoactiva.

Pero los aceites esenciales sólo hacen referencia a una parte de los aceites de las plantas. En las semillas se encuentra una gran fuente de grasa, que al prensarse (como el aceite de girasol u oliva), obtenemos el aceite en el sentido clásico del término. Aunque no es un hecho popular (cómo la mayoría de propiedades curativas de esta planta), el indicativo de la calidad de un aceite para el consumo humano es su proporción de aceites Omega-3,-6 y -9 (el -9 y el -3 beneficiosos, el -6 es dañino si no se toma balanceado con el -3 y el -9.). Pues bien, el famoso aceite de oliva (que tan bien sabe) tiene una proporción aproximada de una partícula de omega -6 o -3  por cada 12 de omega -9. El de girasol que es considerado de peor calidad para nuestra salud tiene la proporción de 1 partícula de omega -3 o -9 por cada 12 de omega -6. El de semillas de cannabis tiene una proporción 1/3. Sí, por cada partícula de omega -3 y -9  tiene 3 de -6 , la considerada proporción perfecta de omegas para el consumo humano en la EU (ratio de tres omega -6 por cada omega -3). Y la cosa no acaba ahí, contiene muchos tocoferoles que son aceites vegetales que combaten los accidentes cardiovasculares y la oxidación. Además, al estar hecho de las semillas no es psicoactivo y puede utilizarse en distintas recetas para masajes, aromaterapia (macerado en otras aromáticas), hidratación de la piel y como tratamiento para el eccema. En las industrias, llamado aceite de cañamón (siempre extraído de las semillas), se usa para alimentos, hidratación de pieles (cuero), tratamiento de las pezuñas de los caballos y como aglutinante para elaborar plástico de cáñamo.

También se maceran directamente cogollos para obtener un aceite de masaje con propiedades analgésicas e antiinflamatorias, obteniendo un aceite combinación de ambos, usando de base el de las semillas para luego macerar con los aceites esenciales (cogollos en bruto en este caso).

Pero su uso más revolucionario es el de la extracción de sus aceites esenciales aislando el THC, esto es, hablando de forma generalizada se ha demostrado que el consumo terapéutico del CBD (y otros cannabinoides no psicoactivos) es muy eficaz contra la epilepsia, esclerosis, cáncer tanto metastásico como benigno, fibromialgia, hepatitis, VIH, artritis reumatoide, depresión, efectos secundarios de terapias, anorexia y alzhéimer. Lo que obvia e irrefrenablemente está llevando cada vez a más países a su legalización. Esto sí que es una panacea.