Noticia – Asociación cannábica clausurada
Noticia – Asociación cannábica clausurada
El Supremo anula la absolución de los tres responsables de una asociación cannábica con 2.300 socios.
Normalmente una asociación para la adquisición y consumo del cannabis tiene un número fijo de asociados, unas cantidades de hierba predeterminadas para cada socio y un lugar privado donde los consumidores hagan su uso recreativo de la droga. Desde que estas asociaciones son alegales (porque por desgracia ninguna se encuentra al amparo completo de la legalidad), muchos son los que han intentado hacer de ello un negocio.
Este año en Barcelona, la intensa demanda de marihuana y la avaricia de los 3 responsables, llevó el número de asociados ¡hasta la cifra de 2300! Algo incontrolable por sólo tres personas. El Supremo ha orientado el caso como un delito a la salud pública ya que la gran mayoría de socios no tenían un lugar regulado en el que consumir, por no decir de dónde saldría tanta hierba. Tristemente, la mala regulación que se hace del cannabis lleva a situaciones como esta, en las que las asociaciones cannábicas que realmente sólo quieren plantar y fumar legalmente ven su imagen estropeada.
El año pasado ocurrió un caso similar en lo que anteriormente había sido una discoteca del centro de Valencia. Empezó siendo una asociación para el consumo regulado del cannabis, pero llegó a dos mil socios en pocos meses… sin apenas espacio para consumir en el recinto y sin regulación de las cantidades vendidas (o su cultivo procedencia). Tan sólo con las tasas de inscripción anuales de cada socio, las ganancias inmediatas son bestiales, situación que lleva a los dueños con ánimo de lucro a no poner ningún freno al tamaño de su negocio llevando irremediablemente a una rápida intervención policial y un impacto negativo en los vecinos.
Por suerte una de las magistradas del Supremo ha recalcado que éstos casos no han de restar importancia y prioridad al tratar de fijar criterios que faciliten la adaptación ante la relevancia social de la cuestión, trazando vías hacia un consumo controlado y responsable de cannabis en sus distintos ámbitos, entre socios mayores de edad y en pleno uso de sus facultades de autodeterminación y gobierno, aptos, en consecuencia, para decidir sobre su propia salud.
Es imprescindible una regulación normalizada del cultivo y uso del cannabis para evitar monopolios de consumo y economía sumergida.