Presiembra y siembra , iniciando otra temporada.
Por Miguel Gimeno.- Una nueva temporada se iniciará con la llegada de la Primavera. El Sol comienza a hacer notar su presencia y el verde y el multicolor de las flores comienzan a adornar praderas y montes: ya es la hora de sembrar para aquellos que realizaron sus labores de presiembra. Presiembra y siembra , iniciando otra temporada.
En agricultura ecológica, muy lejos del pensamiento del agricultor convencional de dopar literalmente a las plantas y animales para aumentar su producción sin mirar los efectos desastrosos que puede ello conllevar en el devenir de los agroecosistemas, trata su cultivo de forma distinta: más respetuosa. Un agricultor ecológico no abona a las plantas, sino que alimenta al suelo, pues es éste el encargado de digerir la comida de las plantas, reduciéndola a sustancias que pueden ser asimiladas directamente por ellas.
Las labores de pre-siembra, aunque no imprescindibles, si son transcendentales para una mejor y más cómoda labor por parte del cannabicultor. Se pueden realizar diversas labores de pre-siembra, dependiendo de la zona en las que nos encontremos.
En las zonas más cálidas algunos cannabicultores ecológicos realizan siembras de abonos verdes en cuanto se finaliza el cosechado de las plantas del cultivo anterior. Los abonos verdes o siderales podríamos definirlos como cultivos de vegetación rápida que se incorporan al suelo con la finalidad de mejorar su composición y rendimiento. Son, de hecho, una práctica muy antigua en la agricultura que ya se practicaba a lo largo del Mediterráneo por los griegos alrededor del 300 a.c., quienes utilizaban las habas y lupinos como abonos verdes que precedían a los cultivos.
Las especies que se eligen deben de cumplir ciertos requisitos para ser utilizados como abonos verdes: -Plantas de ciclos rápidos, -Aportar materia orgánica, -Poseer una adecuada relación C/N, -Fijar Nitrógeno u otros elementos, y -Presentar cierta capacidad en la formación de micorrizas (hongos que unidos a las raíces de las raíces conviven en simbiosis con las plantas aportando multitud de beneficios).
Los abonos verdes son cultivos que son segados, triturados (en caso de tener una trituradora), dejados en superficie durante unas dos semanas más o menos para que se sequen, y posteriormente incorporados al suelo a no más de 15 cm. de profundidad máxima, si queremos que la descomposición sea rápida y efectiva. Sus beneficios son varios: son fuente de materia orgánica y nutrientes, estimulan la actividad biológica del suelo además de mejorar su estructura, protegen de la erosión al tiempo que reduce la evaporación, acelera la humificación, disminuye el lavado de nutrientes, limitan el desarrollo de plantas adventicias, son plantas anfitrionas de fauna auxiliar, evitan el ataque de agentes patógenos, ….
Se utilizan, principalmente, tres tipos de familias de plantas: las leguminosas (habas, guisantes, altramuces, judías,..) que tienen la capacidad de fijar el Nitrógeno atmosférico a través de una simbiosis con las bacterias de los géneros Rhizobium y Bradyrhizobium, las gramíneas (centeno, cebada, avena,…) aportan gran cantidad de biomasa, y las crucíferas (remolacha y nabo forrajeros, mostaza blanca, colza) poseen una buena capacidad de humificación desarrollando grandes cantidades de biomasa y enriqueciendo el suelo en potasio (que favorece el enraizamiento y la formación de las flores), al tiempo que dado el desarrollo veloz que presentan son ideales cuando nos aprieta el tiempo.
Cuando se realizan este tipo de cultivos estamos aportando al suelo de entre 2’5 y 4 Kilos por metro cuadrado de masa verde, que nos daría entre 100 y 200 gramos de humus por metro cuadrado, que sería el equivalente a aportar de entre 1 a 2 Kilos de estiércol por metro cuadrado, reduciendo el gasto de estiércol a casi la mitad.
La siembra del abono en verde ha ser como mínimo 3 meses antes de que vayan a ser trasplantadas las plantas. Por lo que en muchos casos ya hemos llegado tarde para ello, pero como ya he dicho no es imprescindible aunque sí recomendable, así que el año que viene no olvides realizar tu cultivo de abono verde.
Otros cannabicultores realizan profundas cavas en la zona de cultivo, enterrando estiércol fresco con el fin de fermentarlo anaeróbicamente (sin presencia de O2), lo que produce un aumento en la temperatura del suelo favoreciendo así una desparasitación del suelo. Yo no comparto mucho esta técnica, ya que además de robar Nitrógeno al suelo, puesto que los organismos que anaerobios consumen entre otras sustancias Nitrógeno, las altas temperaturas también afectan a microorganismos beneficiosos como los hongos actinomicetes.
Otra técnica para desparasitar el suelo y de la que tampoco estoy muy de acuerdo es con la llamada técnica de solarización. Esta consiste en cubrir el suelo de una forma hermética con plástico para que la exposición a los rayos solares provoque un aumento en la temperatura del suelo y se produzca así el efecto desparasitario.
¿CÓMO MEJORAR EL SUELO?.
Para poder mejorar el suelo, indudablemente, primero hay que conocer ciertos factores determinantes en el crecimiento y desarrollo saludable de nuestras plantas de maría.
La marihuana crece y se desarrolla mejor en suelos algo ligeros y bien mullidos que sean muy ricos en materia orgánica. Los suelos pesados y compactos y pobres en materia orgánica producen plantas pequeñas con una baja producción, al tiempo de ser propensos a padecer salinidad y sodicidad, lo que todavía dificulta más el ciclo vital de la planta, y durante largos períodos de lluvias se corre el riesgo de padecer una podredumbre de las raíces por falta de aireación. Los suelos excesivamente ligeros son pobres en materia orgánica además de drenar en exceso provocando una innecesaria pérdida de nutrientes.
La materia orgánica juega, por tanto, un papel importantísimo en la vida dentro y sobre el suelo, una de las características que presenta es la de aligerar suelos pesados y cohesionar suelos ligeros, por tanto la materia orgánica va a ser una herramienta determinante para un desarrollo saludable de nuestras plantas.
Existen diferentes labores de cultivo para aumentar la retención de agua y la aireación, y disminuir así las posibles pérdidas de agua y nutrientes. Aquellos que cultiváis directamente sobre el suelo podéis realizar bancales donde plantar las plantas. Yo aconsejo una adaptación que hice los bancales profundos, que consiste en realizar bancales de 1’20 x 1’20 metros o 1’50 x 1’50, elevados sobre unos 50 centímetros del nível del suelo, con 1 metro de separación entre bancal y bancal, y colocar una planta por bancal.
Para evitar la evaporación de los bancales, dado que están sobreelevados del nivel del suelo, podemos efectuar un adecuado acolchado o mulching, que consiste en cubrir el suelo de cultivo, evitando que quede desnudo y expuesto a los inclementes rayos solares y al viento. Podemos utilizar cualquier material de origen orgánico como paja, restos de cosechas o podas, hierbas adventicias, cartones, telas, cortezas de árboles, pelaje de animales, o también materiales de origen inorgánico como piedras, rocas, arlita, plásticos,…… El acolchado orgánico tiene el inconveniente de robar al suelo el agua de lluvia en zonas áridas donde, precisamente, es necesaria, por lo que en estas zonas es conveniente hacer un acolchado con arlita (una arcilla expandida muy ligera, lo que compactará en menor grado el suelo).
Para poder nosotros mismos mejorar el suelo debemos conocer los diversos acondicionadores permitidos en agricultura ecológica. Sabiendo qué, cómo, cuánto y cuando podemos o debemos utilizar tal o cuál producto, evitando con ello desastres que podrían dar por frustrado nuestro cultivo.
En cannabicultura ecológica podemos utilizar diversos acondicionadores y abonos que mejorarán nuestro suelo. Éstos los podemos agrupar en tres grupos teniendo en cuenta su origen: 1.- Origen Mineral. 2.- Origen Vegetal. 3.- Origen Animal.
Estiércoles (han de estar bien compostados, no han de presentar ningún mal olor, debiendo oler como a tierra mojada, si huele mal no lo utilicéis todavía dejarlo que se composte, a menos que vayáis a trasplantar las plantas en dos meses o más, en cuyo caso lo podéis incorporar al suelo sólo en los primeros 15 a 20 cm. de espesor del suelo):
OVEJA: Equilibrado, rico en minerales, pH prácticamente neutro.
CABRA: De características muy parecidas al de oveja aunque algo más rico en nutrientes.
CONEJO: Es un estiércol bastante fuerte y excesivamente ácido. Para suelos básicos.
CABALLO: Bastante flojo para el cultivo de cannabis por ser algo pobre en nutrientes. Combinar con otros estiércoles.
CERDO: No debe utilizarse. Solo para fertirrigar el montón de compost.
VACA: Para los suelos alcalinos es bastante pobre en nitrógeno, pero en cambio es ideal para los suelos húmedos y fríos.
GALLINAZA: Excesivamente fuerte con un elevado contenido en Calcio. Ideal suelos ácidos.
PALOMINA: De composición similar a la gallinaza pero menos concentrado.
GUANO DE ISLAS: Rico en Nitrógeno, y contiene nutrientes de forma equilibrada.
MURCIELAGUINA (BATGUANO): Si proviene de depósitos viejos concentrado en Fósforo, ideal para floración. En superficie y rastrillear.
LOMBRICOMPOST: (ó humus de lombriz). Idóneo ciclo crecimiento maceta y suelo, muy equilibrado.
Otros subproductos de origen animal, vegetal y mineral también pueden ser utilizados como enmiendas orgánicas:
HARINA DE SANGRE: Compuesta por un 80-90% de proteínas y el resto de Nitrógeno. Se debe utilizar como abonado de fondo, también se puede añadir al compost.
HARINA DE HUESOS: huesos molidos de animales. Contiene algo de Nitrógeno (sobre el 3%) y bastante Fósforo (alrededor del 15%). Ideal para floración, pero de asimilación muy lenta. Se pueden añadir al montón de compost o de un año para otro.
HARINA DE PLUMAS: mismo proceso que la harina de huesos previa hidrolización de las plumas. Contiene bastante Nitrógeno y muchas proteínas animales. Es buena para el crecimiento (Nitrógeno 13% y proteínas sobre 75%).
HARINA DE CUERNO: Al igual que la harina de plumas es rica en Nitrógeno (15 %).
ALGAS Y DERIVADOS: En agricultura se usan un sinfín de preparados a base de algas. Como las alga Lithothame que favorecen el desarrollo de las bacterias nitrificantes y mejoran el intercambio iónico en el suelo. Contenido alto en Calcio por lo que no es recomendable para suelos alcalinos. El polvo de diatomeas que son esqueletos fosilizados de algas procedentes de agua dulce y salada, contiene bastantes elementos básicos. El famoso Kelpo de la Patagonia, es el más completo de los preparados de algas, contiene más de 60 elementos en forma quelatada.
PURINES DE PLANTAS: Las conocidas como malas hierbas no suelen ser tan malas, dos claros ejemplos son la ortiga y la consuelda. De ellas podemos hacer purines con los que poder biofertilizar nuestro suelo: 1.- El purín de consuelda lo podemos preparar tanto con la planta seca como fresca, si es seca utilizaremos de 100 a 150 gr. por 10 litros de agua, y si es fresca sobre 1 kg por cada 10 litros. Lo colocamos todo en un cubo que taparemos con tela mosquitera, lo tendremos cerca de 40 días, lo filtramos y diluimos 1 litro de preparado por cada 10 litros de agua. Con esta agua podemos regar a las plantas que presenten problemas con Potasio, también se puede utilizar como abono líquido para las plantas del “indoor” y de macetas en exterior. 2.-La ortiga (tanto la Urtica “dioica” como la “urens”) estimula la germinación, el enraizamiento y el crecimiento vegetativo, también es buen remedio contra las clorosis de las hojas y mejor todavía como reforzante de las plantas contra la invasión de plagas, también se puede usar como acelerador de la descomposición del montón de compost. Podemos utilizar, al igual que la consuelda, tanto las plantas secas como frescas. Si son frescas utilizaremos la misma cantidad que en la consuelda fresca, y si están secas 200 gr. por cada 10 litros de agua. Si lo queremos usar como abono foliar (pulverizando las hojas) lo tendremos un máximo de quince días fermentando y si es para regar el suelo más de quince días. Como abono foliar hay que usarlo diluido veinte veces y para aplicarlo al suelo 10 veces.
CENIZAS: Contenido de microelementos y sobre todo mucho Potasio, no hay que abusar de su uso. Se pueden añadir al montón de compost, y también cuando realicemos los trasplantas en forma de espolvoreo (la Potasa mejora el enraizamiento).
PREPARADOS COMERCIALES: Hoy en día existen una amplia gama de productos comerciales ecológicos para uso agrícola.
ENMIENDAS MINERALES: Se pueden extraer de depósitos salinos o de rocas que han sido sometidas a procesos físicos de trituración y molienda:
Polvo de rocas calizas: El polvo de rocas calizas contiene bastante Ca (cerca del 50%) por lo que se puede usar tanto para aportar Ca como para aumentar el pH de tierras ácidas. Según sea la acidez podemos utilizar de 20 a 150 gr./m2.
Cretas fosfatadas: Contiene unos níveles practicamente iguales de Ca que el polvo de calizas, además contiene cerca del 8 % de P así como otros oligoelementos. Su pueden utilizar de 30 a 100 gr./m2.
Margas: Son mezclas de minerales arcillosos y caliza que llegan a contener sobre un 20 % de Ca, en suelos arenosos funcionan bien para enmendar una deficiencia de este mineral. Dosis de 30 a 100 gr/m2.
Yeso: El yeso (sulfato cálcico hidratado) contiene cerca del 30% de Ca y se usa para mejorar las tierras con problemas de Sodicidad.
Dolomita Cálcica: Contiene sobre el 20% de Mg y sobre un 30% de Ca. Se puede utilizar como enmienda de Mg y Ca pero solo en con un pH neutro o ácido. Utilizar 10 a 40 gr/m2.
Carbomagnesia: Tiene una mayor concentración de Ca que la Dolomita, pero su contenido en Mg es menor. Al igual que en el caso anterior, solo se debe usar en suelos ácidos o neutros.
Kieserita-Sulfatos Magnésicos de origen marino: Su composición varía en ambos casos. La Dieserita posee sobre un 25 % de Mg y un 20% de S, y los sulfatos marinos sobre un 15 % de Mg. Son aconsejables para suelos alcalinos, aplicar de 15 a 30 gr/m2 de Kieserita, en caso de los sulfatos marinos al ser mucho más solubles usar dosis más bajas y aplicarlo más periódicamente.
Patenkali: Proviene de depósitos salinos naturales. Es rica en K (30%), Mg (10%) y S (17%), además de pequeñas cantidades de otros elementos como el Si. Mejora a los suelos con problemas de salinidad. Se puede utilizar en la preparación del terreno en casos de floración deficiente de la cosecha anterior.
Fosfatos naturales y Fosfal: El contenido en Ca de los fosfatos naturales es alto además de poseer cerca de un 30 % de P. Utilizar sólo en suelos ácidos, sobre 20 a 40 gramos por metro cuadrado. El fosfal (fosfato calcinado) contiene un porcentaje de P similar a los fosfatos naturales, pero contiene Al en una elevada proporción además de ser de asimilación más rápida. Utilizar en suelos alcalinos con el mismo intervalo de dosis que los fosfatos naturales.
Minerales de Sílice: Hay multitud de rocas como el gneis, el basalto y granito que son ricas en Si y otros microelementos. Sobre la mitad de su contenido es Sílice, el resto pueden ser Mg, K y numerosos microlementos. Es ideal para aquellos privilegiados que pueden hacer cultivos de exterior en invierno, refuerza a las plantas contra el frío y la lluvia. Se pueden utilizar de 20 a 150 gr/m2.
Espero que con lo citado anteriormente podáis iniciar vuestro cultivo sin mayores problemas, sabiendo de antemano lo que estamos haciendo y qué puede ocurrir, para guiar por el criar con el criterio correcto a nuestras plantas hasta que nos lleven al éxtasis de la floración y su posterior cosechado. Salud y buen inicio de temporada.
Por Miguel Gimeno
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