¿UN TERCER RECEPTOR CANNABINOIDE?
- Los cannabinoides afectan a nuestro organismo a través de su interacción con nuestro sistema endocannabinoide.
- Este sistema es una red de receptores situados en células y repartidos en distintos órganos.
- Consideramos que el sistema endocannabinoide está formado por dos receptores: CB1 y CB2.
- Sin embargo la ciencia está demostrando que podríamos considerar el receptor GPR55 como un tercer receptor que juega un papel muy importante en determinadas funciones fisiológicas.
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¿QUÉ ES EL RECEPTOR GPR55?
En los últimos años, la ciencia se ha volcado en el estudio del sistema endocannabinoide pues se ha demostrado que juega un papel muy importante en nuestra salud. Al principio se creía que estaba compuesto simplemente por los receptores CB1 y CB2, sin embargo, estudios recientes afirman que este sistema es más complejo de lo que se creía en un inicio y que existen otros receptores involucrados en él.
Aunque fue descubierto en 1999, no fue hasta unos años más tarde, concretamente en el 2007, cuando otro estudio determinó su relación con los cannabinoides. Este estudio confirmó que el GPR55, un receptor acoplado a proteïnas G, se une a determinados cannabinoides y que, a través de esta interacción, se ponen en marcha diferentes procesos fisiológicos.
A este posible tercer receptor le ocurre lo mismo que a los ya más conocidos receptores CB1 y CB2, no solamente se une con los cannabinoides producidos por la planta de la marihuana (los llamados fitocannabinoides como podrían ser el THC o el CBD), sino que también lo hace con los que produce nuestro propio organismo (los endocannabinoides), como la anandamida, por ejemplo.
¿CUÁLES SON LAS FUNCIONES DEL RECEPTOR GPR55?
Se conoce que la acción de los cannabinoides en nuestro organismo afecta a varias funciones tan importantes como el control del apetito y la homeostasis (el equilibrio de varias funciones del cuerpo). Como hemos explicado ya en otros artículos, no es necesario consumir cannabinoides a través de la planta de la marihuana, sino que nuestro cuerpo produce de por sí sus propios cannabinoides que interactúan con el sistema endocannabinoide regulando así ciertas funciones. En este sentido, parece ser que el receptor GPR55, juega un papel muy importante en el mantenimiento del equilibrio metabólico a través de la regulación del apetito, la motilidad gastrointestinal y la secreción de insulina.
Otro estudio científico realizado con el objetivo de investigar más sobre la relación de este receptor con los cannabinoides, asegura que el GPR55, a través de su interacción con estas moléculas, aumenta los niveles de calcio en las células. Al parecer, los receptores GPR55 están situados en altas concentraciones en los ganglios de las raíces dorsales o ganglios espinales, un grupo de nódulos en los nervios de la espina dorsal. Cuando diferentes cannabinoides como el Δ9THC, o la anandamida activan estos receptores, esto desencadena un proceso que hace que aumente el calcio intracelular en estas neuronas.
Parece que el potencial a nivel medicinal de este receptor es mayor del que se podía prever cuando fue descubierto. Un ejemplo de ello es un estudio realizado con ratones, en el que se demostró que que el cannabinoide principal de la planta de la marihuana, el THC, muestra una mayor efectividad con el receptor GPR55 que con los conocidos receptores del sistema endocannabinoide CB1 y CB2. Esto abre una serie de preguntas y posibilidades a nivel terapéutico que, sin duda, merece la pena investigar.
EL RECEPTOR GPR55, EL CBD, Y SU POTENCIAL TERAPÉUTICO RESPECTO A LA EPILEPSIA
El CBD ha demostrado tener propiedades beneficiosas para tratar varias enfermedades, en especial, es muy efectivo con un tipo de epilepsia muy severo llamado "Síndrome de Dravet". El cannabidiol, de hecho, saltó a la fama gracias al famoso caso de la niña estadounisdense Charlotte Fiji que sufría esta enfermedad. A partir de ahí, algunos bancos de semillas se afanaron en desarrollar nuevas variedades de marihuana con alto CBD que han cambiado por completo el mercado.
Hasta hace poco, se creía que los beneficios del CBD en este sentido eran mediados a través de los receptores CB1 y CB2, sin embargo, las evidencias sobre este nuevo tercer receptor ponen en duda esta teoría, pues se cree que tiene un papel principal en muchos de los efectos del cannabis sobre nuestro organismo, incluyendo la prevención de ataques epilépticos.
Un estudio quiso entender los mecanismos exactos a través de los cuáles el CBD previene los ataques epilépticos y lo que descubrieron es que, en realidad, lo que sucede es que el canabidiol restaura la inhibición cerebral porque bloquea la actividad de los receptores GPR55 en el hipocampo cerebral, una zona que controla la memoria a largo plazo y la navegación espacial.
Por otro lado, el hecho de que el CBD bloquee la señal de los CPR55, también podría ser importante para detener la proliferación de las células cancerígenas. Varios estudios apuntan la importancia de este receptor en el desarrollo del cáncer, por ello es tan importante que la investigación sobre su relación con los cannabinoides continúe.